Historias desde la sombr@ de ...


El Roque NuBlog

viernes, septiembre 01, 2006

El misterio del Delta del Llobregat

Voy a seguir contando mi historia del paseo en bici por el Río Llobregat.

Una vez cruzado el puente, seguí mi camino por la pista de la derecha a la ribera del río. Era una pista de tierra, pero bastante plana y muy buena para coger ritmo de pedaleo. Durante este camino, el caudal de agua iba aumentando, y se empezaba a ver algo de fauna animal, sobre todo aves. Mientras pedaleaba me crucé con un centro de control de mosquitos (Servei de Control de Mosquits - SCM), cuando menos curioso, pero que al parecer presta servicio a todo el baix llobregat, además de hacer investigación. De repente, y prosiguiendo el camino me encuentro en dirección contraria al chico al que incialmente le pregunté si se podía llegar a la desembocadura. Al llegar a mi altura, me pregunta si estoy decidido a ir hasta abajo, a lo cual yo le respondí afirmativamente. Entonces el me dijo si me podía acompañar, a lo cual yo encantado accedí, pues así sería un recorrido más ameno y encima con alguien de aquí que se conoce el terreno. Por tanto, continuamos juntos la marcha hacia el final del río.

No poco tiempo después del punto de encuentro nos topamos con un primer obstáculo. Estaban haciendo las obras del AVE, y el camino se interrumpía entre una grúa, unas vallas y algunas planchas metálicas. Le preguntamos a los obreros, y nos dijeron que podíamos continuar saltando la valla. Así hicimos. A partir de aquí el tramo era más irregular, y poco a poco iba subiendo como queriendo echarnos del río, y así fue. Llegamos a un puente donde fue imposible seguir por el camino, pues había menos de un metro de separación entre la tierra y lo alto del puente. Así tuvimos que hacer un rodeo para esquivar el puente e intentar llegar al otro lado que parecía que continuaba el camino. Este es el punto exacto (la foto es vieja)

Sin embargo, sorpresa, al llegar al otro lado del puente, entre que el terreno parecía inaccesible y que habían colocado unas viejas vallas colindando con un muro de un almacén nos fué imposbile pasar. Decidimos rodear este almacén por fuera a ver si se podía conectar más abajo al camino del río (que existía al otro lado de la valla).

Seguimos por una carretera más a la derecha, pero nos fue imposible volver a entrar en la pista de la derecha del río debido a que estaba vallado por todos lados. ¿ Qué estarán evitando ? pensamos. Bueno, si no es posible por la derecha intentemoslo por la izquierda cruzando el puente por arriba.

¡Eureka! Conseguimos retomar la pista de la parte izquierda y proseguimos el camino. Ya el caudal del río era grande y se empezaba a vislumbrar lo que era el final. Nuevamente nos topamos con unas vallas, pero había un hueco para pasar, y seguimos pedaleando. Durante todo este trayecto, Raúl (así se llamaba el otro chico) y yo habíamos ido charlando de todo un poco, sobre todo de la universidad y la investigación.

De repente, mientras hablabamos y pedaleabamos hacia la desembocadura, se oye una fuerte voz...
¡¡ No se puede pasar, den la vuelta !!
Asombrados, no sabíamos de donde provenía. Se volvió a repetir la advertencia...
¡¡ No se puede pasar, den la vuelta !!
y fue cuando nos dimos cuenta que salía de un jeep del otro lado del río con un pedazo de megafono. Vaya potencia, jeje.

Porqué no nos dejan pasar, nos preguntamos. El camino sigue, e incluso está mejor que antes, parece arreglado. Ahora que ya teníamos casi el mar a la vista nos impiden definitivamente la hazaña. Pero, por qué tanta valla o impedimento, estos guardias también. No se supone que el río es algo público, que tratan de esconder allá abajo. En fin, triste e intrigados tuvimos que dar media vuelta y remontar el camino ahora río arriba, sin respuesta a la pregunta

¿ Que misterio habrá en el Delta del Llobregat ?